Cuando se anunció el cierre de escuelas en el área metropolitana de Washington, D.C., Siobhan Davenport y sus colegas de los Servicios Crittenton del Gran Washington (CSGW por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es empoderar a niñas adolescentes, comenzaron a recibir docenas de llamadas y mensajes de alumnas de escuelas primarias y secundarias preocupadas por el impacto que el coronavirus tendría en ellas.
Al principio, las niñas pedían información acerca del coronavirus y cómo el cierre de las escuelas afectaría su acceso a los recursos escolares. Sin embargo, según han ido avanzando los días, ahora están más preocupadas por las cosas básicas, como la pérdida de empleos y la escasez de alimentos.
“Dos de nuestras jóvenes han perdido sus empleos. Para la mayoría, ese ingreso es esencial para mantener sus casas”, dijo Davenport, director ejecutivo de CSGW. “Están preocupadas por sus trabajos. Y por el trabajo de sus padres”.
CSGW, basada en Washington, D.C., trabaja con más de 600 niñas de sexto a duodécimo grados que provienen de familias de bajos ingresos y de alto riesgo. Los líderes de CSGW tienen programas semanales después de clases para proveer a esas niñas del apoyo necesario para “superar obstáculos, tomar decisiones positivas y lograr sus objetivos, según la organización. Al cerrarse las escuelas, la organización ha tenido que desviar sus programas y servicios en persona y trasladarlos inmediatamente al internet a fin de cubrir las necesidades sociales y emocionales, incluyendo el aislamiento social de las niñas con las que trabaja.
Según el país se adapta a una nueva realidad de distanciamiento social y a la vida en cuarentena debido al temor del coronavirus, el traslado de aulas físicas al mundo del internet — o la ausencia total de aulas — está provocando ansiedad y temor, no solamente entre niños y adolescentes, sino entre padres y cuidadores.
Davenport dijo que las niñas quieren continuar conectadas a la organización porque los líderes de programas son a menudo los adultos más confiables en las vidas de estas adolescentes.
“Es casi como un círculo de hermanas que quieren mantenerse en contacto. Quieren también mantener contacto con los líderes de programas durante este tiempo”, dijo Davenport. “Aun cuando esta generación está muy al tanto de los medios sociales, echan de menos el contacto personal cara-a-cara”.
Davenport y los líderes de programas se mantienen en contacto con las niñas mediante llamadas telefónicas, charlas de grupo o individuales y correos electrónicos, pero planean utilizar las charlas por video como el medio principal de comunicación. Las adolescentes han sugerido aplicaciones de medios sociales como Houseparty, una aplicación de charlas de grupo por video, y plataformas clásicas de video como Zoom.
Los expertos dicen que es importante que padres y cuidadores provean a los niños interacciones sociales, aun cuando no puedan interactuar en persona con sus colegas.
Jacqueline Ancess, co-directora del Centro Nacional para Restructurar la Educación, las Escuelas y la Enseñanza (NCREST por sus siglas en inglés), dijo que una de las maneras de ayudar a los niños a lidiar con el aislamiento social puede ser a través de actividades en el internet que proveen algunas escuelas, o a través de medios informales como las reuniones semanales de grupos de CSGW en el internet. Simplemente porque “se supone que mantengamos una distancia de seis pies entre unos y otros”, dijo Ancess, “no significa que necesitemos estar socialmente aislados unos de otros”. (NCREST está basado en el Colegio de Maestros de la Universidad de Columbia; The Hechinger Report es una unidad independiente en la Universidad.)
Ancess dijo que los padres pueden utilizar el sitio Hangouts de Google o Zoom para conectar con niños más pequeños. “Un amiga mía conecta con sus nietos en Hangouts de Google o en Zoom y disfrutan su tiempo cantando o haciendo pasteles”, dijo.
Lynne M. Celli, directora ejecutiva de liderazgo y educación profesional en el Colegio Universitario Endicott de Massachusetts, dijo que los padres y cuidadores pueden también tratar de hacerlo “a la antigua”.
“El simple hecho de escribir una carta. Alentar a los alumnos a escribir cartas a amigos a quienes no ven regularmente y enviarlas por correo postal. Eso puede sonar simplista porque actualmente contamos con una tecnología sofisticada, pero creo que incorporar todo lo que tenemos a nuestra disposición para mantener vivos esos grupos sociales … es lo más importante”, dijo Celli.
Grupos como el Colaborativo para la Enseñanza Académica, Social y Emocional (CASEL por su sigla en inglés) también han brindado ideas y recursos para la enseñanza emocional a padres y educadores en sus sitios web durante la epidemia del coronavirus.
Ancess dijo que los adultos deben ayudar a niños y adolescentes a hablar de sus emociones y entender sus sentimientos para que puedan aprender a lidiar con ellos. “Bríndenles las oportunidades que les enseñen a lidiar con sus sentimientos”.
Los adultos pueden ayudar a los niños a lidiar con la ansiedad y mantenerse activos en la escuela buscando la manera de mantener una rutina o desarrollar un calendario, aunque acudan completamente al internet o llevando paquetes a sus casas o combinando ambas cosas. “Existe una rutina cuando están en la escuela y debe también existir na rutina cuando están en la casa”, dijo Celli. Añadió que el núcleo familiar puede diseñar estas rutinas, creando una interacción social entre ellos. También sugirió que las familias salgan a caminar y montar bicicleta, participar en juegos de mesa, pintar o leer, y que los padres y cuidadores en lo posible alienten a los niños a buscar nuevos pasatiempos.
“Esa es la parte divertida de aprender, que también reduce la ansiedad”, dijo Celli.
Davenport dijo que CSGW está trabajando con adolescentes para crear objetivos específicos, mensurables, obtenibles, realistas y ajustados a un determinado período de tiempo, además de enseñarles lo que significa la auto-motivación. Las niñas comparten las metas entre ellas, lo cual les ayuda a asumir la responsabilidad de sus resultados y se mantienen activas con la escuela.
¿Qué otro factor puede resultar clave para ayudar a los niños a lidiar con la ansiedad y el miedo en tiempos inciertos? Los adultos deben admitir sus propias ansiedades y darles respuestas honestas a las preguntas de los niños sobre lo que está pasando. Los adultos necesitan también estar “conscientes de su propia conducta porque los niños de todas las edades pueden darse cuenta inmediatamente y reconocer que estamos ansiosos”, dijo Celli.
Añadió que es importante que padres y cuidadores tengan una comunicación abierta con los niños, manteniendo en mente que necesitan hablarles a los niños en su propio nivel de desarrollo o cognitivo. “Sé que esto puede darles miedo a los adultos y puede también darles miedo a los niños”, dijo Celli. “No puedo enfatizar (suficientemente) el nivel de auto-conciencia y auto-regulación que deben ejercer los adultos”.
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Traducido por Carlos Verdecia. Este artículo sobre el aislamiento social lo produjo The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Inscríbase al boletín informativo de Hechinger.
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